martes

La Regla

Cuando sos chica medio que tenés un poco de miedo, y te preguntás si te va a doler o si te vas a dar cuenta.. Cuando sos adolescente las chicas a las que todavía no les vino están ansiosas para que les llegue el momento (más allá que las otras les digan que no se pierden nada). Cuando creces y se te atrasa está la gran duda: ¿no estaré embarazada? y las embarazadas dicen que no la extrañan nunca. Lo que me causa mucha curiosidad es lo que dice Maitena respecto a las señoras mayores, por decirlo de una manera; ella dice que no sólo que no se acuerdan de cómo es sino que ''Sólo hay una cosa peor que cuando te viene y es cuando se te va''. Yo creo que nunca la voy a extrañar pero acá van algunos de los pequeños o grandes inconvenientes que se nos presentan con la llegada de la regla, también llamada Andrés, Marta, etc.:
  • La sorpresa inicial, alias: mierda!
  • Estás suceptible, emocionalmente inestable, lloras con facilidad, estás nerviosa y encima podés pasar de la furia a la melancolía en un pis pas.
  • Que te venga cuando vas a un lugar que hay pileta o el día que vas a algún lugar en donde haya pileta.
  • Que no te venga y recién cuando falta poco para que se cumpla el mes decís: No me va a venir este mes y bam! Te viene.
  • Que estés calculando, y rezando, que no te venga para las vacaciones u otras fechas importantes.
  • Te hinchas y encima te duele.
  • La constante preocupación: Me manché?
  • Que cuánto duele y cuánto dura.
  • La pregunta: Por qué a los hombres ésto no les pasa? La respuesta inútil: Ellos no pueden quedar embarazados.
  • Que te des cuenta que no sólo te vino antes sino que tenés puesto un pantalón blanco...
Espero que les guste este post que terminé medio a las apuradas. Las modelos con cerebro le queremos agradecer a Cin el premio al blog creativo y prometemos a nuestro lectores que en el próximo post vamos a subir nuestras intimidades ;)

miércoles

Como quien se olvida de su propio nombre

Como ya mencionaron mis compañeras, este blog ahora tomará un ritmo más lento debido al súbito - por no decir inesperado- deber que nos acarrea. Pido disculpas no sólo por eso sino que también porque vengo con una nota nueva y no es la continuación de la de las mascotas. Mis disculpas, quedará para el próximo golpazo de inspiración del alguna musa griega.

Para los que me conocen bien, saben que hay un par de palabras que me caracterizan, como suele suceder con todo el mundo. Lamentablemente, ninguna es del todo positiva. Soy de esas personas que se olvidan cosas cada 20 segundos, no se da cuenta de nada aunque lo tenga enfrente y encima para ciertas indirectas sea lo suficiente inocente como para no malpensar -igual hay un tipo de indirectas que siempre capto porque son muy usadas, tampoco estoy taaaan mal. Creo-, pero esa soy yo. Estas carcaterísticas me hacen blanco de miles de chistes y cargadas por parte de mi familia y de mis amigos. Un gran ejemplo es Lala, que escribe en este blog. Lala es absoltuamente memoriosa. Justamente ayer una amiga nuestra me tuvo que contar (por segunda vez) el buso que se había comprado. Ambas insitían en que ya me lo habían dicho. Aunque ahora que lo pienso bien, no sé si era el buso...pero si me acuerdo que las dos me pusieron la carita de exasperadas cuando vieron que yo no tenía ni la más pálida idea de lo que me hablaban.

martes

Domingo Pochoclero

Recién ahora es cuando uno se da cuenta de cuánto cuesta mantener un blog. Cuando todas las otras actividades se superponen y, a pesar de tener varias cosas en la cabeza para hacer un megapost, no poder concretarlo por culpa de la falta de tiempo.
Ayer fue el primer día de clases, o lo que es igual: el domingo nuestro último día de vacaciones. Por eso decidía disfrutar a pleno ese último domingo, y al igual que dice la Biblia: "El Séptimo día Dios tuvo terminado su trabajo, y descansó en ese día de todo lo que había hecho. Bendijo Dios el Séptimo día y lo hizo santo, porque ese día descansó de sus trabajos después de toda esta creación que había hecho" (Está medio mal traducida la Biblia, en ese mini párrafo vemos la palabra "día" demasiadas veces). Me desperté a eso de las 4 de la tarde mezclando la realidad de mi sueño con la realidad real. Llovía, un día perfecto para quedarse en la cama.

jueves

La guerra de los sexos

Todos saben que hay una constante guerra entre géneros. A veces es notoria, otras no tanto. Algunos disimulan, otros prefieren el machismo/feminismo. Pero la verdad es que, lejos de querer un equilibrio, creemos internamente que hay algunos mejores y otros peores. Entonces sucede que, en alguna reunión y si todos están en su punto, la guerra se hace visible y comienza la lucha.

Claro ejemplo: Reunión de "amigos de la familia" en casa de Padrino. Empezamos en el campo de batalla: la mesa del comedor. Había pizzas y empanadas. A la izquierda: Hombres (Papá, Padrino, Primo, Pablo) . A la derecha: Mujeres (Mamá, Madrina, Prima, Viri, Haru). Toque de trompeta que inicia la contienda:

Papá: Che, vos no estarás tomando tetosterona, no? Es que te veo más machuda...
Viri: NO EMPECEMOS, EH!

Y se largó una interminable batalla. INTERMINABLE.

lunes

Enigma pendiente

No sé si se habrán dado cuenta, pero desde el comienzo del ciclo lectivo 2010 (que ciertamente no nos incluye porque tenemos coronita y nosotras empezamos el 22) no hemos posteado muy seguido. No teman, no es que se nos secaron las neuronas ni nada por el estilo, es sólo que estamos sufriendo una falta de inspiración terrible. Este post sería como los capítulos de relleno de las series, que no contribuyen en nada a la historia pero como están ahí los vemos.
Así que como habíamos prometido, les dejamos el enigma que no pudimos resolver entre el sol, la playa y el viento costero.

miércoles

2 de frente... Nah, menos.

Hoy salí a ver "Alice in wonderland" con Mamá, Papá y R. De más está decir que estuvo genial (aunque Papá crea que se agarró conjuntivitis por usar los "lentes roñosos esos de 3D"), pero hoy vengo a contarles otra cosa (mañana viene la verdadera crítica de la peli, junto con la de Belu.M).
Cuando salimos del cine decidimos ir a comer a "Mostaza". Una cola enorme nos separaba de la caja y cada cliente estaba 15 minutos con su pedido. "¿Por qué tardan tanto?", "UUHH, los de adelante son unos boludos! ¡Están hace media hora!", etc. Por fin llegó nuestro turno y pude descubrir, prestando un poco de atención a la charla que mantenían Mamá y la chica, cuál era el verdadero problema:

Mamá: Hola! Quería el combo de Lomito XXL Imperial.
Chica: Sí.
M: Se puede cambiar la gaseosa?
C: Viene con gaseosa y papas fritas.
M: Sí, pero se puede cambiar por agua?
C: Sí, sí.
M: Tengo que pagar más?
C: Se puede cambiar, sí.
M: Pero tengo que pagar MÁS?

martes

¡Ay, Nosotras!

Ayer cuando me levanté y recordé qué día era (recién cuando llegué a la cocina en donde hay un gran calendario que me trae de vuelta a la realidad), supe que tenía que hacer un post sobre el día de la mujer. Y tenía dos opciones: hacer uno en el que critique sin medidas, pero con fundamentos, ese día que tan comercial se ha vuelto en los últimos años; o hacer uno describiendo por qué amaba ser mujer y la importancia que tenemos en el mundo. Finalmente no escribí nada y dejé que Haru haga todo el trabajo (te la debemos Har jaja). Pero quedó en mi mente el post que pensaba hacer, así que quizas el año que viene, si seguimos con este maravilloso blog, lo posteo.
A lo que iba con todo esto es que, a pesar de que no hice nada productivo para el blog en el día de ayer, hice algo productivo para mi. La semana pasada recibí un mail de la revista Victoria Rolanda que me informaba de un espectáculo llamado "¡Ay, ellas!" en el Paseo la Plata. No daba mucha información sobre qué trataba, pero tenía una frase que me cautivó y me hizo tomar la desición final: "Se dice que los hombres piensan en sexo cada 52 segundos. ¿Y las mujeres?". Al instante, corrí a la terraza, donde se encontraba mi mamá pintando el piso y después de asustarla por detrás le comuniqué lo que acababa de leer. Obvio que dijo que sí, re feliz y toda la bola. A ella le encanta que salgamos las dos solas, y tengo que admitir que a mí también.

lunes

Mujeres

El otro día, pensando y pensando, llegué a la conclusión de que, si naciera de nuevo, volvería a elegir el ser mujer. Tal vez sea alguna especie de elección masoquista: Tendría que pasar de nuevo por todo el trámite de la menstruación, dolores pre/durante/post la regla, la regulación de hormonas, los primeros pelos en las axilas, las primeras depilaciones (y las que siguen, cada vez en lugares más recónditos del cuerpo), los dolores de tetas porque "¡te están creciendo!", los primeros corpiños, las miradas estupefactas de tus compañeros de primaria cuando te ponés el que tiene aro (ellos: "TODO ESO es tuyo???", vos: "...Sí", ellos: "GUUUUUUUAUUUU"), los cambios generales del cuerpo, los primeros piropos... en fin, una lista larga de primeras cosas que te agarran desprevenida casi al mismo tiempo y te transforman en los primeros pasos de una mujer.
Pero ahí no acaban los problemas; una vez ya definido y diferenciado nuestro cuerpo del de los nenes, empieza la metamorforsis de la mente. Cambiamos nuestro punto de vista, las cosas dejan de ser tan simples, vemos con otros ojos. Me acuerdo que a mi me asustó tener de repente otra visión de las cosas y decidí negar la transformación por un tiempo.

viernes

La quiero, ¡pero ya! (Parte II)

Como expliqué en este post, estaba en el XL más cercano de mi casa cuando me dieron una terrible noticia. Sentí que mi corazón se rompía en mil pedazos, que me ahogaba en un mar de sufrimiento, que... mentira, no fue tan terrible. Pero sí me sentí una estúpida por haber pensado que una cartera tan hermosa no la iba a comprar nadie más que yo. Y ahi estaba la chica rubia que antendía el negocio, sonriendome como una boba.

- Mmmmno, no me quedó más de esa en color celeste...
- ¿C-cómo que no te quedó más??
- No, no. De esa no. Era la décimo-trigésima vez que hacíamos descuento, ya nos quedamos sin stock.
- Pero, ¿ni una? ¿En ningún local?
- No sé, te puedo averiguar si querés. Pero mirá ésta, es re divina y el modelo es re parecido, sólo cambia la correa...
- Sí, es hermosa. Pero yo quiero la celeste...

jueves

Indignación total

No me pude aguantar. Realmente creo que era necesario que posteara esto porque es muy indignante (y personalmente también me parece asqueroso y repugnante). Hace unas cuantas semanas con Haru decidimos ir a un Todo Moda que, según ella, quedaba a 5 cuadras del Abasto (sí, fue el día que me hizo caminar 1/3 de la ciudad de Buenos Aires, mencionado en este post). Después de recorrer más de tres veces cada rincón del local y haber seleccionado lo que cada una iba a llevarse, divisamos uno de esos “sostiene-tarjetas-de-cumpleaños” rotatorios que están en todos los negocios de chucherías para mujeres. En éste había no solo cientos de tarjetas que uno compra cuando no tiene la menor idea de qué es lo que quiere el cumpleañero (y por supuesto que no queremos quedar mal llegando a su casa con las manos vacías); sino que también había una serie de curiosos libritos coloridos que llamaron nuestra atención.

martes

Las mascotas, pesadillas y ángeles del hogar I

A cualquiera le pasó que siempre quiso una mascota. Nunca tuvo la ambición de algo exótico, los primeros sueños van con algún perrito o una adorable gatita. Esto les suele suceder a aquellos que viven en departamentos y los padres se niegan a tener un perro, o le tienen alergia a los gatos, o les da fiaca alimentarlos, o simplemente no les gustan los "bichos". Para los que sufrían por los departamentos, se encontraron con el furor del caniche y resolvieron sus problemas, el resto no sé, ya que yo no tengo ni tuve jamás ese problema.

Mi primer mascota la tuve a los dos años, así que estoy más que acostumbrada a tener un animal en casa. Era una dálmata hembra, pero estaba loquísima: si te la encontrabas afuera de mi casa todo bien, te saltaba te jugaba...ahora, en su territorio, agarráte Catalina. Como de cachorra registró a algunas personas de la familia y después no les hizo nada ya que tenían "permitida" la entrada. Mis viejos no sabían de su comportamiento, y un día mi hermana invitó a una amiga (Mara, el nombre de mi perra, todavía era chiquita, por eso no sabíamos) y a la pobre la siguió hasta el baño, donde se subió a un inodoro en busca de refugio. Se dan cuenta, supongo, de lo brava que era. Ni siquiera te dejaba acercarte a su comida, ¡Era una hambirenta! Siempre estaba cerca de la mesa a la hora de comer a ver si algún boludo (en especial yo) se distraía y  le robaba algo. Una vez hasta se comió una pila. Y cuando estaba enferma y no quería comer, no te dejaba acercarte a su comida tampoco, aunque ella ni la tocaba.

La quiero, ¡pero ya! (Parte I)


No soy muy amante de las carteras (es más, nunca tuve una en serio), pero ésta se ganó mi corazón desde el primer momento en que la vi. Fue como el amor a primera vista, tal cual. Un poco menos dramatizado, claro; no me vi corriendo en cámara lenta sobre un prado de margaritas con la cartera bajo el brazo. Pero estuvo cerca.

A mi mamá le encanta salir a mirar vidrieras y poner a prueba su fuerza de voluntad porque "Este mes no me voy comprar NADA". Yo sé que para ella es casi torturante pasar en frente de los negocios, entrar , probarse, generar el vínculo ropa-mujer y después irse con las manos vacías. Por eso es que accedo a acompañarla cada vez que quiere ir al shopping, además de que sino no la aguanta nadie con sus "Vos nunca te comprás nada", "No podés salir así a la calle" o el famosísimo "Te vestís como una negra, ¡no parecés mi hija!". Así que hace unas semanas, para ahorrarme problemas futuros, puse mi mejor sonrisa de hija buena y nos subimos a su auto rumbo al Unicenter.