lunes

¿Por qué tardaste tanto?

Desde chiquitas nuestras madres nos enseñan que, al usar un baño público, debemos seguir ciertas reglas de higiene básicas. Entran con nosotras al cubículo y nos muestran cómo limpiar la tapa con pedacitos de papel, cómo cubrir la tapa con pedacitos de papel y, por sobre todas las cosas, nos muestran "la posición": Balancerarse sobre el inodoro como si te fueras a sentar sin que tu cuerpo haga contacto con la taza. Toda mujer sabe "la posición" y agradecerá a su madre toda la vida por tan sabia enseñanza, porque "jamás, JAMÁS tenés que sentarte en un inodoro de baño público, ¿entendiste?". Y así, desde chiquitas, iniciamos la ardua tarea de cumplir las órdenes de nuestra madre y sus consejos cada vez que nos encontramos en el baño de algún shopping, aunque sea del DOT (que un poco más y se limpia solo).

Acabás de salir del cine con tu chico, vieron una de acción (esta vez le tocaba a él elegir). De los nervios por la peli vos sola te bajaste todo el vasito grande de Coca-cola. Y ahora te estás haciendo pis. Le decís a tu chico que necesitás ir al baño (te ahorrás el urgente, no vaya a ser que crea que te sentís mal) y él te contesta que también, que se ven a la salida de los sanitarios. Entrás semi corriendo y casi tirás a la chica de la limpieza que tiene cara de culo. Pero, claro, era de esperarse, hay una cola de cincuenta mujeres esperando a entrar a la sala del trono. Sonreís a las demás que están en la misma que vos y discretamente te cruzas de brazos y piernas en una posición oficial de "me estoy meando". Esperás tu turno y cuando por fin llegás al principio de la fila aparece la mamá con la nena "que no puede aguantarse más". Educadamente le cedes tu lugar y, en vista de que vos tampoco podés aguantar mucho más, te agachas a ver si todos los cubículos tienen piernas (táctica clara de una mujer deseperada).
Se abre la puerta de uno y sale una chica con cara de satisfacción total. Te tirás sobre la puerta de ese baño y la cerrás atrás tuyo con fuerza casi inhumana (no se sabe por qué, pero cuando estás frente al inodoro las ganas de mear son mucho más fuertes). Intentás trabar la puerta pero, ¡opa!, no tiene manijita. Nunca tienen manijita. Entonces la única opción es tenerla con una mano. Mientras sostenés la puerta para que nadie te interrumpa, vas adoptando "la posición" y buscando un lugar seco para apoyar la cartera. El piso del baño está lleno de líquidos indefinidos y no te animás a dejar tu preciado bolso ahí (internamente puteás a la de limpieza con cara de culo y casi agradecés habertela llevado puesta). ¿Qué hacés? Te lo colgás de cuello, claro, mientras que con la mano libre te bajás la bombacha y suspirás de alivio cuando sentís la presión de tu vejiga remitir lentamente. Pero los problemas a penas comenzaron. Ahora te duele el brazo por tenerlo extendido trabando la puerta, los músculos de tus piernas están siendo sometidos a ejercicio no acostumbrado por mantener "la posición" y te estás desnucando con la correa de tu cartera que pesa cinco kilos porque está llena de boludeces que nunca vas a usar, pero las tenés por las dudas. Pensás en sentarte pero no tuviste tiempo de limpiar la taza. Además te juega en contra la conciencia; sabés que no va a pasar nada si te sentás, pero la voz de tu mamá te llena la cabeza: "jamáaas te sientes en un baño público, ¿me entendiste?". Así que te bancás "la posición" con un temblor de piernas terrible mientras rezás para que todo termine rápido. Ya casi, ya casi... No podés evitar mirar como el chorro se hace cada vez más finito al mismo tiempo que se va direccionando para un costado. ¡No! Tratás de controlarlo, pero no podés. Maldito chorro, ¡te va a mojar toda la pierna! Sabés que no podés hacer nada, así que cerrás los ojos y te resignás al cruel destino. Y, en efecto, el finísimo chorro te salpica la pierna y casi las medias. Lo que pasa es que para hacer "la posición" se necesita mucha concentración, un falló de cálculos y te encontrás con tu muslo todo mojado (porque el pis no sigue las reglas básicas de la gravedad, sólo para joderte a vos). Ya está, terminaste. Ahora a buscar el papel... ¡Carajo!. Nunca hay papel en los baños públicos, el porta-rollos lindo y redondito de Elite es sólo parte de la decoración del cubículo, ¿sabías?. Ahora estás tranpirando por el esfuerzo de mantener "la posición" para evitar seguir mojandote, seguir con el brazo extendido para trabar la puerta y sostener el cuello medio erguido para que tu preciado bolso no toque la parte de tu pierna que está mojada. Sabés que la última que te queda es buscar entre tus cinco kilos de boludeces un miserable pañuelito que rogás al cielo tener. Pero para buscar en tu cartera tenés que soltar la puerta. No hay más remedio, la soltás. Justo en ese preciso momento, alguna desconsiderada que no se le ocurrió mirar por abajo a ver si había un par de piernas en tu cubículo, te intenta abrir la puerta. "OCUPAAADOOO" gritás al mismo tiempo que empujás con todas tus fuerzas la puerta para que no te la abran. Ahora sí, estás segura de que todo el baño escuchó tu grito de guerra y podés soltar la puerta tranquila. Buscás en tu bolso los pañuelitos y encontrás de todo: pastillitas de menta, lapiceras, diversos papeles, manteca de cacao, Ibuprofeno y otras drogas, desodorante, toallitas, hilo y aguja, la Guía T, llaves... Todas cosas vitales, pero no para esa ocasión. ¡Por fin! Encontraste los pañuelitos, sólo dos de los que supuestamente creías tener. Tenés que racionar, como el agua en el desierto, así que agarrás uno y milimétricamente lo cortás por la mitad. El otro te lo guardás para experiencias futuras. Ya está, te quedan segundos para salir de ahí. Las piernas te están matando del esfuerzo por mantener "la posición" los últimos momentos, te duelen las cervicales por hacer de gancho para tu cartera, la mano que usaste para tener la puerta ya no la sentís y encima estás transpirando como una condenada porque en ese maldito cubículo hace un calor de la re p... madre. Si tu mamá te viera así se sentiría avergonzada. Ella que jamás tocó la taza de un inodoro público (y además logró mantener su dignidad en el proceso, no como vos) porque francamente "no sabés qué tipo de enfermedades podés agarrarte ahi". Te levantás, te acomodás la ropa rapidísimo y tirás de la cadena. Salís con cara de satisfacción aunque estás un tanto cansada y acalorada. Te lavás las manos en una posición extraña para que el bolso no se resvale de tu brazo hacia el chorro de agua (porque toooda la mesada está llena de agua y jabón líquido, no sabés para qué está la chica de limpieza en la puerta con cara de culo) y no vas a intentar secarte con ese secador-tira-aire porque es inútil, así que te las pasás por la pollera, total, se seca rápido (jamás gastarías tus pañuelitos en cosas no urgentes). Salís del baño poniendo tu mejor sonrisa y ves a tu chico que está sentado en un banco leyendo, porque él entró y salió del baño y encima le quedó tiempo para leer un libro de Borges. "¿Por qué tardaste tanto?" te pregunta el idiota. "Había mucha cola" te limitás a decir, porque él jamás entendería.

Esta es la razón de por qué las mujeres vamos acompañadas al baño. Mientras una te tiene la cartera y te sostiene la puerta, la otra te pasa los pañuelitos por abajo. Así sólo tenemos que concentrarnos en mantener "la posición" y la dignidad.

5 cerebros dijeron...:

El Dc Felipe y YO dijo...

jajaja!!
Muy detallista tu narracion.
Afortunadamente (o no) para mi vivo desde siempre con tres mujeres y las entiendo o trato de eso.
Por eso cuando voy a algun lugar publico con una señorita, tardo mas que ella cuando voy al baño, me lavo las manos y las seco con esa cosa que tira aire malisima..
pero todo sea por hacer tiempo!!

Carola dijo...

y x eso tardan tantoo???? jajajaja
yo soy más práctica!
abro piernas largo el chorro y listoo... no mas de 2 minutos tardo..

voy sola y eso que siempre tengo la cartera repleta de cosas, en invierno con saco y todo me las arreglo

pero ahora entiendo xq son las colas tan laaaaaargas...

Anónimo dijo...

jajajaja!!!
Reconozco que conciente de toda la odisea que la mayoria de las mujeres padecen al entrar a un baño público, yo muy práctica, ocupo todo ese tiempo para mirarme al espejo

Clara Castillo dijo...

Está muy bueno! jeje. Besos a las 4!

Anónimo dijo...

que interesante es leer estas cosas para nosotros.
genial..