Muchas veces me pregunto qué tan difícil es para los hombres especificarnos un poco más lo que quieren. Ya sea por simples respuestas como "hacemos lo que quieras" o "no sé, me da igual", que nos desconcertan totalmente en nuestros planes de complacerlos aunque sea un poquito (sí, sólo un poquito), como indicaciones confusas, que terminan en peleas por "malcomunicación" de las partes:
Papá: ¿Me alcanzás el coso?
Haru: ¿Qué coso?
P: Ese coso de ahí.
H: ¿Cuál?
P: Ese, que está ahí arriba.
H: Pero, ¿dónde?
P: ¡Ahí! Ese coso de ahí, alcanzamelo.
H: ¿Cuál coso?? ¡"Ahí arriba" hay muchos cosos!
P: Pero, ¡ese! ¡El coso ese que tiene botones!
H: (al borde de la desesperación) ¡¿De qué me estás hablando?!
P: ¡Aaahah! ¡¿Pero qué tan difícil puede ser alcanzarme ese coso?!
H: ...mejor dejá de drogarte, viejo.
P: (se levanta y va al estante) ¡ÉSTE coso, inútil!
El coso de ahí arriba con botones que la inútil no supo decifrar era el control remoto de la tele.
¿Tan difícil era?
3 cerebros dijeron...:
jajaja tu papá es único
JAJA! Hace unos años mi papá se llevo el control remoto pensando que era su celular :D
Asi que te entiendo perfectamente!D:
jajajaj! Besito, no puedo creerlo... Eso raya límites insospechados :P
Mi viejo solo tiene problemas para clasificar las cosas, hasta ahora no se confundió ningún control remoto con un celular jajaja! Me reí mucho :D
Saludos!
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